Os advierto nada más empezar de que esta película es de las que nunca olvidas, no solo por su apasionante historia de amor, sino también por la cruda realidad que nos enseña. Me refiero a la realidad del tercer mundo, ya que la mayor parte de la historia se desarrolla en países subdesarrollados. Pero no os asustéis, que no me voy a poner a daros una charla sobre humanidad o un discurso sobre lo dura y triste que es la vida de estas personas. Porque como bien sabéis, este blog trata de historias de amor. Y en esta película se desarrolla una increíble, que os va sorprender bastante. Me explico: todo empieza cuando el protagonista (un médico que dedica toda su vida a intentar salvar a niños del tercer mundo) va a una fiesta benéfica dada por la protagonista y unos amigos. Su objetivo es conseguir financiación para lograr que sus niños no se mueran, pero lo hace de una forma tan específica que marca la vida de ella para siempre. Tras esto, la chica decide llenar varios camiones con todo tipo de medicamentos y comida y llevarlos personalmente al campamento africano. Aunque al principio tanto el médico como ella chocan, al cabo del tiempo acaban desarrollando una fuerte admiración y atracción el uno por el otro. No obstante, ella regresa a su país y pasan varios años antes de volverse a ver. Es en ese momento, cuando ya no pueden ocultar un sentimiento que se ha mantenido vivo a pesar de la distancia y del tiempo. Sin embargo, ¿dejará ella a su marido para seguir a un hombre que dedica todo su tiempo a salvar la vida de otras personas?.
No podía olvidar nombrar el increíble y sensible papel que realizan Angelina Jolie y Clive Owen.
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